La Diputación de Barcelona y la Cámara de Barcelona han elaborado un año más el Informe territorial de la demarcación de Barcelona , una publicación que hace balance de la evolución económica de la demarcación con los datos del año anterior. Sin embargo, en esta decimoctava edición, la grave crisis sanitaria, económica y social provocada por la Covidien-19 ha condicionado el contenido del informe, recortando una parte de su estructura sobre el año 2019, y ampliando información referente a la 2020.
El estudio continúa analizando la mayor parte de información referente al año 2019 para la provincia y sus comarcas, y este año se completa con un monográfico especial que ofrece datos socioeconómicos y una recopilación de propuestas y medidas adoptadas en el segundo trimestre del año 2020 a raíz de la excepcional situación sanitaria y económica (datos hasta el 30 de junio de 2020). Además, el informe incluye otros dos monográficos, más temáticos, uno dedicado a la globalización y diversificación geográfica de los mercados exteriores, y el otro a la economía del paisaje.
Una crisis distópica y asimétrica
Tal y como apunta el estudio, esta crisis no se parece a las anteriores que se han producido en la provincia de Barcelona ni partes, ni en sus raíces ni en el análisis de sus consecuencias, con incertidumbres y nuevos instrumentos utilizados para apaciguarla. La crisis originada a partir del confinamiento raíz de la pandemia de la Covidien-19 ha dejado una huella sin precedentes en la actividad económica. Según estimaciones de la Cámara de Comercio de Barcelona, el PIB del segundo trimestre en Cataluña se ha reducido un 16,3% respecto al anterior. Sin embargo, a medida que avanzaban las fases de desescalada del confinamiento hasta la nueva normalidad, la contracción económica se ha ido atenuando de forma intensa.
En la provincia de Barcelona, las empresas se han reducido un 8,8% respecto al 29 de febrero y se sitúan en 170.825, la cifra más baja desde el primer trimestre de 2013. Sin embargo, a finales de junio se empieza a crear empleo respecto al mes anterior, pero en relación a un año atrás la disminución es de 107.232 personas, un -4,4%. A su vez los puestos de trabajo acumulan una pérdida desde el inicio de la pandemia de casi 125.000 puestos, un -4,8%; la caída fue más intensa entre los asalariados (-5,5%) que los autónomos (-1,4%). Paralelamente el número de parados se sitúa en poco más de 358.000 personas, el dato más alto desde el 2015. Consecuentemente la tasa de paro registral incrementa anualmente 3,3 pp hasta el 13,1%. Por grupos de edad la crisis está afectando con mayor intensidad al grupo de los jóvenes, con un incremento del 61% interanual de parados y una caída del 13,8% en el empleo. Por género no se observan muchas diferencias en la bajada del empleo interanual (en torno al 4-5% en ambos casos), pero sí en el crecimiento del paro registrado (41,3% en los hombres y 28,3 % en las mujeres).
Los beneficiarios totales de prestaciones han aumentado en 399.476 personas desde febrero, hasta las 583.626 personas a finales de mayo, dato que más que triplica la de un año atrás (163.438 en mayo del 2019). El aumento de los beneficiarios proviene sobre todo del crecimiento de personas perceptoras de la prestación de nivel contributivo para ERTE Covidien-19 (tanto por reducción de jornada como por suspensión de contrato), con un saldo neto de +86.780 personas respecto a abril ( 187.960 altas y 101.180 bajas) hasta las 363.252 (el 62% del total beneficiarios).
Referente a los ERTE, en la demarcación hay 310.221 asalariados en esta situación y 180.065 autónomos con prestación a finales de junio. Hay que tener en cuenta que las personas afectadas por un ERTE continúan afiliadas a la Seguridad Social y no pasan a incrementar el número de parados, quedando registradas estadísticamente como demandantes de empleo en el grupo de ocupados. En cuanto a los expedientes iniciados de altas de ERTE, según la Generalidad de Cataluña, en la demarcación se registran casi 572.549 personas asalariadas que han sido afectadas en algún momento entre el 22 de marzo y el 30 de junio. Esta cifra representa el 28% del total asalariados. Por sectores, el conjunto de Cataluña los servicios de comida y alojamiento es la actividad con más personas trabajadoras afectadas por altas en ERTE (el 15% del total), luego le siguen el comercio al por mayor (8%) y el comercio al por menor (7%). El turismo, que ha tenido que paralizar su actividad durante los meses de confinamiento, ha iniciado expedientes de ERTE a casi 26.600 trabajadores hasta finales de junio (el 4% del total de trabajadores afectados), es decir, la práctica totalidad los asalariados del sector.
Los datos de empleo a finales de junio muestran disminuciones de los puestos de trabajo en casi todas las actividades, tanto respecto a finales de febrero como un año atrás. La hostelería es el sector que registra la mayor pérdida anual, tanto en términos absolutos como relativos, con 30.313 empleos menos en un año, un -15,6%. Le siguen las actividades administrativas y de servicios auxiliares (26.331 puestos menos, el -10,9%) -que incluyen entre otras las actividades de alquiler, relacionadas con el empleo, las administrativas, las agencias de viajes, operadores turísticos y otros servicios de reservas- y el comercio al por mayor y al por menor (con 17.591 empleos menos respecto a un año atrás). Respecto al inicio de la crisis, la educación es el sector que más disminuye el número de puestos de trabajo en términos absolutos y relativos,
Por territorios, la demarcación de Barcelona, con un descenso del -10% se sitúa como la séptima provincia donde más disminuye el tejido empresarial, 1,4 pp más que la media española (-8,6%). Las reducciones oscilaron entre el -4,3% en Navarra hasta el -13,2% en Baleares. Análogamente, el número de asalariados y autónomos según la Seguridad Social también ha disminuido anualmente en todas las provincias, a excepción de siete en el caso de autónomos. Albacete es la provincia que registra el menor descenso de asalariados, -2%, y las Islas Baleares el más elevado, -17,5%. Barcelona con un -5,5% registra una disminución muy similar a la media española (-5,8%).
En cuanto a los autónomos las disminuciones oscilan entre el -0,1% de Huelva y el -6,1% de las Islas Baleares. Barcelona (-1,4%) registra también un descenso similar al de la media española (-1,2%). Paralelamente las personas paradas registradas a finales de junio 2020 han aumentado anualmente de forma intensa en todas las provincias entre el 11,7% de Ciudad Real y el 104,3% de las Islas Baleares. Barcelona con un 33,8%, es la 8ª provincia donde más crecen los parados, 5,7 pp más que en el conjunto de España (28,1%). Los aumentos más importantes y por encima o alrededor de la media estatal se concentran geográficamente en la parte noreste de la península, en el Mediterráneo y Andalucía.
Dentro de la demarcación de Barcelona, todas las comarcas están sufriendo los efectos de la crisis sin excepción. Pero las diferencias en la estructura productiva de cada territorio están marcando claramente el nivel de afectación y de recuperación. Así, el indicador de evolución anual del paro registrado refleja diferencias porcentuales comarcales entre el 30 de junio de 2020 y 2019 de más de diez puntos (mapa 2). Las comarcas del centro-norte de la demarcación, con el peso de los servicios más reducido, son las que bajan menos (Bages, y Barcelona), con la excepción de Osona. Por el contrario, Barcelonès, Moianès y la misma Osona son las que más aumentan el número de parados, por encima del 30%.
En el caso de la evolución anual de la población ocupada residente, esta refleja diferencias que se corresponderían en cierto modo con el mayor o menor peso de sectores como el turístico y / o comercial dentro de cada comarca. De este modo, el Maresme, el Garraf y el Barcelonès son las comarcas con mayor pérdida porcentual de población ocupada entre el 30 de junio de 2020 y 2019. Esto también se denota en los puestos de trabajo asalariado, con el Maresme y el Garraf al frente de la pérdida, pero no en los lugares de trabajo autónomo, donde Osona, el Moianès y Berguedà obtienen las cifras más negativas.
El periodo antes de la crisis actual, en el año 2019
El análisis de los datos socioeconómicos de la demarcación de Barcelona anteriores a la crisis actual, las del 2019, ya presentaban síntomas de desaceleración en algunos de su principales indicadores socioeconómicos en comparación con el muy buen recorrido previo (2014-2018). Así, en 2019 las cifras de paro caen un 0,7%, la población ocupada residente aumenta un 1,7%, los puestos de trabajo lo hacen en un 1,8%, y el número de empresas se estanca – en los cuatro casos son los resultados menos positivos desde los años 2012-2013.
Sin embargo, las exportaciones continuaban creciendo, el número de turistas se mantenía al alza y otras actividades como las de servicios de información volvían a aumentar significativamente su volumen. Todo bajo un contexto de crecimiento de la economía catalana del 1,9% del PIB, inferior en seis décimas al año anterior, pero superior a la media de los países de la zona euro.
Variación de los puestos de trabajo, 2006-2020
El análisis de dos de los principales indicadores laborales desde el año 2006 hasta mediados de 2020 muestra claramente la desaceleración en el crecimiento del año 2019 y el crecimiento del paro y descenso de los puestos de trabajo en los dos primeros trimestres de 2020 derivados del parón económico para la Covidien-19. Son variaciones inferiores a las del año 2009, pero atenuadas por instrumentos como los ERTE o las ayudas a autónomos que podrían (o no) aumentar «en diferido» las consecuencias de la crisis en los próximos trimestres.
Puede consultar el Informe en este enlace
NOTA: Noticia original publicada en catalán y traducida con Google Translate. Rogamos disculpen si existe algún error en el texto.