El pasado viernes 23 de mayo tuvo lugar la presentación del Reto Ability Awards en el Madrid International Lab; la iniciativa de Telefónica vincula a desarrolladores e innovadores sociales con asociaciones y personas con discapacidad.
El Reto Ability Awards promueve que los participantes apliquen su talento en la creación de soluciones que mejoren la vida cotidiana de personas que tienen algún tipo de discapacidad.
Iñaki Ortega, Director General de Madrid Emprende, fue el encargado de inaugurar la jornada en la que participaron Alberto Andreu, Director Global de Reputación y Responsabilidad Corporativa de Telefónica, Ana Segurado, Directora de Estrategia Open Future de Telefónica, AlbertoDurán, Vicepresidente de la Fundación ONCE, Chema Alonso, CEO de Eleven Paths y conocido hacker, José Ramón Riera, CEO de WhatsCine, así como Caroline Casey, Fundadora de los premios Ability Awards.
Emprendimiento e integración social
«Queremos reconocer a los emprendedores que crean soluciones tecnológicas para integrar a personas con discapacidad». Éstas fueron las palabras con las que Alberto Andreu introdujo la jornada, aprovechando para explicar que el objetivo del Reto Ability Awards es que los desarrolladores trabajen conjuntamente con las asociaciones de discapacidad. A continuación, Ana Segurado pasó a hablar sobre el compromiso de Telefónica con el emprendimiento y sus distintas iniciativas, como Wayra, Amerigo, o Talentum, que «permiten apoyar a un joven emprendedor desde que es estudiante hasta que es una pyme».
Tecnología y discapacidad
Alberto Durán, en representación de la Fundación ONCE, afirmó que «si no es accesible, la tecnología se convierte en un obstáculo. Y tenemos que poder encontrarla en cualquier tienda». A este respecto, destacó los terminales de bajo coste y el software libre como dos elementos clave para la generalización de la tecnología. Por otra parte, Durán afirmó que «en una sociedad integradora, las personas con discapacidad deben estar en todos los entornos, pero entre los primeros, el empleo» y concluyó que, para una inclusión real, es necesario «el estímulo voluntario de las empresas para crear soluciones».